“¡Larga gloria a Díaz Ordaz!”

Lo primero que supe de Vietnam fue tal vez que allá había una guerra, de la que seguramente vi imágenes en el periódico y la televisión que ya se me han desvanecido, o que he visto después muchas veces sin saber desde cuándo las conozco. Pero mi primer recuerdo consciente de Vietnam no es visual sino auditivo. Es la consigna que coreaban los manifestantes en las marchas de 1968 a las que fui de mano de mi madre:

¡Ho-Ho-Ho,
Ho Chi Minh!
¡Díaz Ordaz:
chin chin chin!

Me hizo gracia descubrir, a estas alturas del partido y mientras nos sentábamos a tomar cerveza y ver pasar motocicletas desde la terraza —es un decir— de un bar de Pham Ngu Lao, en Hanoi, que la parte final del estribillo tenía sentido en la lengua del Tío Ho y era además un nombre propio: el de una cadena de minisupermercados. Una amiga vietnamita me explicó poco después el sentido del nombre y me dio la sorpresa mayor: el 9 (chin) es un número de buena suerte en Vietnam y 999 significa “que la buena fortuna te acompañe largamente”. O sea que los manifestantes coreaban algo así como “¡Larga gloria a Díaz Ordaz!”.

14 de marzo, 2009.

*

Hace casi exactamente tres años, al volver de un viaje a Vietnam, puse esta nota en mi página de Facebook (que entonces podía diseñarse como la de una pequeña revista personal y por lo mismo usaba yo mucho, no como ahora, que apenas me asomo por ahí) y nueve meses después, porque se le ocurrió a Luis González de Alba, la reprodujo Nexos en línea. La traigo para no perderla; y porque la anécdota me gusta.