LA ANUNCIACIÓN
A partir de Fra Angelico
Llegó desde el jardín, sin dejar sombra,
sin hollar el rocío.
Se sostienen la vista mutuamente
en perfecto equilibrio: todo fluye
hacia este instante que se va, fluyendo.
Una palabra pondrá la semilla
de la vida y la muerte,
la sombra que caerá en esta muchacha,
la emplumada penumbra.
Pero aún no: aún no del todo.
¿Cómo recordará el silencio
de ese instante sin término?
¿O el final, cuando todo comenzó
—la primera de siete alegrías
antes de las siete penas?
Recordará la reverberación,
porque no es más que humana.
Un día
despertará con alas, o sabiendo
que las tuvo porque las ha perdido.
ROBIN ROBERTSON / a. a.
El original, con la lectura del propio Robertson, aquí.