Los insultos vinculan: el ejemplo de Shakespeare
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(Llegué a este video de April Gudenrath a través de Brainpickings).
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(Llegué a este video de April Gudenrath a través de Brainpickings).
Rosalina. Mujer.
Me insulta usted constantemente con su singular falta de visión. No lo olvide: hay belleza y una verdad esencial en todas las cosas. Desde la agonía de una gacela flechada hasta la sonrisa de un desposeído en la autopista. Pero la invisibilidad de algo no implica su falta de ser. Aunque los bebés simplones crean ingenuamente que la persona que tienen enfrente se desvanece cuando se tapan los ojos en el odioso juego de te veo y no te veo, es una falacia. Y lo mismo ocurre con el montón inadvertido de polvo que se acumula detrás de los estantes de DVD en la sala de juegos: también existe. Y es inaceptable.
Se lo digo, Rosalina, no como burla o amenaza sino como evocación de la dicha. La dicha de la nada, la dicha de lo real. Quiero que sea real en todo lo que hace. Si no puede ser real, es necesario que mantenga una apariencia de realidad. Una apariencia real de la falsa realidad, o «real». He conquistado volcanes y visitado las amargas profundidades de los océanos de la tierra. Nada que haya presenciado, de la lava a los crustáceos, me dejó tan petrificado como la mugre apelmazada en la jabonerita de plástico del baño pequeño. La palabra náusea no es suficiente. Usted, en este sentido, no está siendo real.
Volvamos ahora a los horrores de la naturaleza. Me temo que es inevitable. La naturaleza no es algo que haya que mimar y aceptar y abrazar contra el pecho como una serpiente herida. Dígame, ¿qué había antes de que usted naciera? ¿Qué recuerda? Eso es la naturaleza. La naturaleza es un vacío. Algo vacío. La vacuidad. Y ya que hablamos del vacío, no estoy seguro de que esté usted usando correctamente la boquilla retráctil o ajustando la configuración de “barrido completo” al ocuparse de las alfombras verdes de la guarida. He encontrado algo de caspa allí.
No he escuchado sino dos canciones en toda mi vida. Una fue un aria de Wagner que toqué compulsivamente de mis 19 a mis 27 años, por lo menos 60 veces al día, hasta que la gente del pueblo me sacó de mi casa con horcas rudimentarias y antorchas encendidas. La otra era Dido. Ambas me horrorizan hasta el punto de la parálisis. Cada sacudida era como un pedazo de ladrillo contra mi alma. La música es inútil y dañina. Así que, por favor, si necesita entretenerse mientras organiza el reciclaje de la basura, absténgase de esa «radio pop» con la que me afrentó hace poco. Le recomendaría que recitara algunos versos afilados. De Goethe, tal vez. O Schiller. O cuando menos Shel Silverstein.
En cuanto a las cucharas, la situación se mantiene sin cambios. La mataré si veo una.
Es todo. No deje de creer que no es usted la mejor mujer que he conocido. Lo es. E incluyo en la lista a mi madre y a la esposa de Brad Dourif (la segunda, no la de esa cosa en el labio). Gracias por su atención y lo siento si partes de esta nota están manchadas. He estado llorando.
Su dinero está bajo la guillotina.
Herzog.
Me sorprende que Alberto Chimal se refiera, en el tuit que me llevó a la versión inglesa de la que traduzco esta página, a “la carta erudita, arrogante, tremenda de Werner Herzog a la persona que le hace la limpieza”. Es obviamente una broma. La primera referencia fue esta:
Tan broma es que se trata de una carta apócrifa, como supimos por @MaelAglaia, que nos llevó hasta aquí:
El baño público más grande del mundo, en Chongquing, China, tiene 32,290 metros cuadrados y mil sanitarios, en un edificio de cuatro pisos.
Pero, si mi olfato no me engaña, preferiría visitar el baño público individual más grande del mundo, que se inauguró el pasado 6 de abril en la ciudad de Ichihara, en Chiba, prefectura vecina a Tokio. Diseñado por el arquitecto Sou Fujimoto, tiene un solo excusado en un cubículo de cristal en el centro de un jardín de 200 metros cuadrados cercado por un muro de dos metros de altura con ciruelos, duraznos y cerezos. Pero yo no podría verlos, porque el baño es solo para mujeres. Lo cual quizá nos priva de ciertas ocasiones de iluminación.
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© Las fotos provienen de esta página, a la que se llega pulsando cada una. El video de NHK de esta nota de Felicity Hughes, @Fliss108 en Twitter.