El blog de Aurelio Asiain

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Etiqueta: poema

Mizuki Misumi: Conmigo como base


Conmigo como base.
Muchas mujeres pasan.
Alguna se detiene.
Mis contornos se tuercen
y yo me descompongo.
Qué claro el cielo.
No he visto otro tan azul.
Se evaporan las lágrimas,
se convierten en nubes,
en lluvia ácida que nos disuelve.
De principio a fin
no hago otra cosa
que decaer,
disolverme,
pudrirme,
volverme tu composta.
Conmigo como base,
tú creces.
Tiendo las manos débilmente al sol.
Mi brazos se deshacen.

*

MIZUKI MISUMI,
—versión de Aurelio Asiain

Página web: http://misumimizuki.com/
Twitter: https://twitter.com/misumimizuki

Otra noche en ruinas

1
Cuando anochece
la niebla se hace oscura en las colinas,
púrpura de lo eterno,
pasa un último pájaro
flop, flop— que adora
solo el instante.

2
Hace nueve años,
en un avión toda la noche en tumbos
sobre el Atlántico,
pude ver, encendida
por los rayos que le salían,
la cara de mi hermano en una nube
que miraba hacia abajo en el azul,
instantes del Atlántico
a la luz de un relámpago.

3
A veces me decía:
«¿Para qué sirve un día?
Esa hoguera que enciendes en la cima
de la desesperanza
podría iluminar el cielo inmenso,
aunque para incendiarlo, es cierto,
tendrías que arrojarte tú a las llamas…»

4
Se rasga el viento en los aleros
de estas ruinas, vacío,
flauta fantasma de los ventisqueros
que afuera en la tiniebla se levantan:
barrancas invertidas donde barre
la noche nuestras alas arrojadas,
nuestras plumas manchadas por la tinta.

5
Escucho.
No oigo nada. Solo
la vaca, la vaca
de este vacío, mugiendo
hasta los huesos.

6
¿Es eso un gallo?
Revuelve
la nieve
buscando
un grano.
Lo encuentra. Le saca llamas.
Se agita. Cacarea.
Brotan
de su frente las llamas.

7
¿Cuántas noches le tomará
a uno como yo aprender
que al fin no estamos hechos de ese pájaro
que se lanza a volar de sus cenizas,
y que nosotros,
cuando entramos en llamas, no tenemos
más trabajo que abrirnos
y ser
las llamas?

GALWAY KINNELL 
Versión de A. A., también aquí

Acróstico soneto con historia


1) El soneto

ACRÓSTICO TRAIDOR

Acróstico traidor: no restituyes
una presencia plena y sosegada,
rezagada en Berlín, o en esa nada
escueta pero cierta, de que huyes.

Lenta locura donde a veces fluyes:
inventas una torre abandonada
o la ves desde lo alto y le atribuyes,
ya que no los delirios, la mirada

sin mirada de Hölderlin. Inerte
espejismo de un río que no cesa:
verte apenas. Más bien: apenas verte.

Es cierto que intimida la belleza,
reverso del hastío y la fijeza,
o de la luz certera de la muerte.

 Severo Sarduy
SS

Severo Sarduy

2) La historia



Nos habíamos encontrado en la Feria del Libro de Frankfurt, en 1985, nos habíamos divertido mucho, como siempre, y una noche en la habitación de su hotel Severo había señalado por la ventana hacia lo que según él eran las ruinas de la torre de Hölderlin —que en realidad están en otra dirección y lejos de ahí, a la orilla del Neckar, en Tübingen— y, conmovido primero y exaltado después, había delirado con la idea de que la mirada del poeta se hubiera dirigido alguna vez a donde, dos siglos después de anulados sus ojos, nos encontrábamos. No fue ese el único regalo de la lenta locura en que se deslizaba: también había querido tejerme un affaire con una colega de las Éditions du Seuil cuya mera visión —cómo olvidarla— me dejó, ay, tan estupefacto como incapaz de corresponder al avance. Por eso, en el soneto acróstico que improvisé en el reverso de una postal desde el tren que me llevaba a Berlín, y que envié a París desde la oficina postal de la estación, anoté que “intimida la belleza”. Severo amaba como yo los juegos formales y este —no inédito: está en sus Obras reunidas— es, pues, respuesta a uno mío; que no recuerdo, pues apenas lo retuve unos momentos, y del que absurdamente no guardé copia pero que se exhibió alguna vez en una exposición de sus papeles, en París, hace unos años. No la vi y no sé si lo colocaron junto a su fruto gemelo: el cuento “Solo en Francfort”, dedicado de S. S. a A. A. y escrito en cumplimiento de una promesa de la misma noche, en la lenta locura de un poeta ya enfrentado a la luz certera de la muerte.

27 de marzo de 2009