Canción totémica del elefante

Canción totémica del elefante, por cuervo

Hace mucho tiempo
Dios creó a un elefante
Y era tierno y delicado
Nada estrafalario
Nada melancólico

En la maleza las Hienas cantaban: Eres hermoso…
Exhibían sus muecas y hocicos calcinados
Como muñones descompuestos
Envidiamos tu gracia
Al bailar entre los espinos
Oh llévanos contigo al Reino de la Paz
Oh mirada inmortal de inocencia y bondad
Líbranos de los hornos y la furia
De nuestros rostros renegridos
Estos infiernos nos consumen
Nuestros dientes son rejas
La muerte un constante enemigo
Grande como la tierra
Fuerte como la tierra.

Y las Hienas corrieron a esconderse en la cola del Elefante
Como en un paraguas de goma
Y él caminaba alegre por el mundo
Pero no era Dios no ni estaba en su poder
Corregir a los condenados
Cegados por la ira la locura
Encendieron sus bocas le abrieron las entrañas
Lo partieron en múltiples infiernos
Para gritar sus muchas partes
Devoradas, hinchadas
En una procesión de risas infernales.

En la Resurrección
El Elefante corrigió sus piezas
Ensambló patas como planchas
Y un cuerpo a prueba de colmillos
Huesos blindados, un cerebro irreconocible
Y ojos de anciano, sabios y traviesos.

Y ahora el Elefante, ingrávido y enorme,
Cruza la claridad anaranjada y la penumbra azul del más allá
Como un sexto sentido andante
Y en dirección opuesta y paralela
Al pie de un horizonte deshojado que tiembla como un horno
Van las hienas, insomnes,
Galopan entre azotes
Doblan sus banderas de parias
Contra vientres hinchados de risa putrefacta
De ronchas negras y derrames
Y cantan: «Nuestra es la tierra
Encantada, y bella
Es la infecta boca del leopardo
Y las tumbas de la fiebre
Pues eso es cuanto tenemos…»
Y vomitan su risa.

Y el Elefante canta en lo más hondo de la selva
Sobre un astro de paz indolora y eterna
Pero ningún astrónomo sabe dónde encontrarla.

TED HUGHES,

en versión de Jordi Doce,

en esta entrada de su blog.