Con sólo perejil como mortaja

EL PESCADO
Billy Collins

Tan pronto como el viejo camarero
puso ante mí la orden, el pescado
se me quedó mirando
con ese ojo plano iridiscente.

y cara de qué lástima me das
comiendo solo en ese restaurante
espantoso, bajo una luz inhóspita
y entre atroces murales de Sicilia.

—También tú me das lástima, arrancado
del mar y ahora ahí tendido muerto
junto a papas hervidas aquí en Pittsburgh
—le respondí alzando el tenedor.

Así mi cena en la ciudad ajena
de ríos y de puentes encendidos
se roció con limón y vino frío
pero también con compasión y pena

aun ya ido el plato y la cabeza
del pescado mirándome y la bóveda
de sus huesos terriblemente expuestos,
con solo perejil como mortaja.

BILLY COLLINS / a.a.

Lo publicó antes Animalgourmet