El blog de Aurelio Asiain

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Mes: enero, 2015

Claude-Michel Cluny: Kôya-san

Muy arriba, muy lejos, encontrarán un pueblo de piedra encaramado, un pueblo gris que se amontona bajo las criptomerias y los helechos gigantes. Un pueblo impávido y frío, que no se mueve. O que ya no se mueve. Definitivo. Sentado en los escalones del infinito. Tenderse o quebrarse, no es algo que le preocupe. Se diría ocupado en mascar y escupir la neblina, indiferente a los desórdenes de sus cimientos y al tumulto del mundo. ¿Pero sólo la voz de los gongs —burbujas cobrizas que suben del fondo de los años y vienen a morir aquí en el silencio—, sólo la voz de los gongs habla del mundo?
Se accede a su ámbito a través de un valle bordeado por la inutilidad de las linternas vacías y los altares sin ofrenda. Al otro lado el pensamiento alimenta grandes cuervos piojosos. Por él roban. Le entregan dócilmente, para compartirlas, la paja y la corteza insanas del más allá.

Claude-Michel Cluny / aa

Hace años colaboré en la tradución de un librito precioso de Claude–Michel Cluny, hoy inconseguible: Los Osoletas (Ediciones Heliópolis, México, 1995). Esta página pertenece a sus Poèmes du fond de l’œil. Tomé la foto en Kôya-san el 4 de abril de 2004.
Publicado antes aquí.

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Donald Justice: A los cuarenta

A los cuarenta
aprenden a cerrar sin hacer ruido
las puertas de los cuartos
a los que nunca volverán.

Detenidos en el rellano, sienten
que ya se mueve igual que la cubierta
de un barco,
aunque es leve el oleaje.

Y en lo hondo del espejo
vuelven a ver el rostro del muchacho
que en secreto practica el nudo
en la corbata de su padre

y el rostro de ese padre,
que aún cobija el misterio de la espuma.
Son más padres que hijos ya ellos mismos.
Algo los colma, algo

como al ocaso el vasto vocerío
de los grillos que colma el bosque
a los pies de la cuesta a las espaldas
de sus casas hipotecadas.

DONALD JUSTICE,
versión de Aurelio Asiain

(Aquí, la versión de Pedro Poitevin)
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Cuervos en invierno

Los agentes de pompas fúnebres
se reúnen en nuestros árboles.
Celebran el acuerdo con sus cláxones:
las cosas pintan bien.
Campos nevados: significan
un paisaje de limpios esqueletos.
El Mar de la Tranquilidad
que se extiende por la ciudad.
Excavado, grabado
saber de tumba o mina
en el aire bituminoso.
Los regocijan los primeros
rosas cosméticos del alba.
Hablan de cementerios que se extienden
y de bienes raíces.
Cras, dicen,
y el rumor se repite
entre las ramas blancas.
La muda espina del viento
se ocupa de los detalles,
y promete con dulzura
tomar nuestro último aliento.

ANTHONY HECHT,
versión de Aurelio Asiain

cuervos en invierno

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