No habrá paz

Aunque la suave claridad del tiempo
otra vez en las playas de tu aprecio sonría
y vuelvan sus colores, te cambió la tormenta:
ya nunca olvidarás la oscuridad
que enturbió tu esperanza, el vendaval
que anunció tu caída.

Debes vivir con lo que sabes.
Hay otros más allá, fuera de ti,
en ausencias sin luna que tú ignoras
pero saben de ti sin duda alguna:
quién sabe de qué son y de qué género,
pero tú no les gustas.

¿Qué les has hecho? ¿Nada?
Nada no es una respuesta:
llegarás a creer, cómo no hacerlo,
que lo has hecho, que algo les has hecho;
llegarás a desear hacerles gracia
y a querer su amistad.

Nunca habrá paz.
Pelea pues con todo tu coraje,
todas las sucias tretas que conozcas,
y tenlo bien en mente:
tanto les da la causa que tuvieran,
pues odian sólo por odiar.


W. H. Auden,
versión de A. A.