El nombre de la cosa
por aurelio asiain
Ayer Guillermo Sheridan le dijo a alguien en Twitter que estaba leyendo “una genial novela de Mark Reyner, The Sugar Frosted Nutsack”, “la novela más divertida y salvaje que he leído en años”, y confesó:
Lo cual dio origen a una conversación que el lector debería ahorrarse, en medio de la cual mencioné una serie de grabados en que Utagawa Kuniyoshi (1797–1861) juega, como lo hicieron otros artistas, con la idea de la proteica elasticidad que la tradición popular atribuye al escroto de los mapaches, capaz de extenderse hasta formar una pequeña habitación, y de adoptar las más diversas formas y aplicarse a los usos más diversos. De esa tela salen naturalmente capas y sombrillas, pero también lechos y barcas, tambores y aun martillos. Puede parecer curioso que, aunque tienen reputación de pícaros licenciosos, la imaginación popular que refleja Kuniyoshi no pinte a los mapaches como bolsones (en la acepción mexicana: holgazanes) sino como imaginativa y variadamente industriosos. No hay que olvidar que son figuras asociadas al comercio y, lo mismo en grabados y dibujos que en las figuras de barro que resguardan la entrada de incontables establecimientos comerciales y propician el paso de la buena fortuna, los simpáticos animales se representan con unos desmesurados testículos propiciatorios, que se conocen como kintama: literalmente, “huevos de oro”.
Sospecho que para la pudibunda sociedad mexicana, en la que un escote todavía puede causar un escándalo, estas estampas pueden parecer obscenas. No lo son en Japón.

Impedimenta

Pesca de río

Los siete dioses de la fortuna

Daruma

Manta y kotatsu

Instrumento de percusión

Red para cazar aves

Arma para tundir peces

Espantajo
Encontré que en Honduras le dicen «salveque». En alemán, además del Skrotum también es el «Hodensack», i.e., bolsa de testículos. ¿No podrá ser «odre»… el dulce escarchado odre. Igual y así le suena a Cuco.
[…] ahí de gusto en las metáforas con su manta lingüística creada. Esa Yerba buena.Nota: de Aurelio se aprovecha hasta los […]